FÁBULA: EL PUMA Y EL JUMENTO

Enajena gloria ajena.
Como gran estratega el carnívoro había maquinado un plan de proporciones inauditas, la ubicación ya estaba lista y a plena vista, él mismo como arma mortal lo llenaba el vigor; sólo faltaba la distracción, ahí es donde entra en escena el jumento, que ningún oficio lo cansaba y sus bolas se rascaba; para ganarse favor real aceptó servir a aquel que muy fácil podría devorarlo, lo cual habría de esperarse para el desenlace final de la historia, so pretexto de castigo moralista; el gran felino lo ocultó entre el ramaje y le dio estrictas instrucciones a seguir: “Señor Borrico, su relinche no es digno de cualquier pinche; sino de uno bien empinchado y desdichado. Oculto y en silencio aquí permanecerá. Y preste atención, de tiempo en tiempo rebuznará tan fuerte hasta sentirse tan perdido como muchacho bohemio. No olvide, aún nada está perdido.”, cubierto y sin ser descubierto realizó una magnífica tarea; retumbando los bosques, asustaba a las más grandes criaturas, todos huían y se distraían para caer finalmente en garras bien afiladas; al frente de tal carnicería se regodeó el asno: “Si llegaba más temprano a ni uno dejaba sano”, frente a semejante fanfarronada el puma soltó tremenda carcajada y mientras se jaraneaba reponía: “Valientemente te has portado y yo mismo si no conociera a tu linaje, me hubiera asustado.”
Engañar a los desconocidos es juego de niños, mas no es igual con conocidos.

1 EXPRÉSATE:

Ignacio Reiva

Excelente historia Basurero, a veces el grito del inocente empuja la presa al matadero. Un gran abrazo.

 
CRÓNICAS DEL BASURERO USURERO ◄Design by Pocket, BlogBulk Blogger Templates