Esos son los tiempos modernos, hacer más con menos, donde se premia la eficiencia de producción mayor a menor costo; aquellos nuevos aires se tradujeron principalmente en la obra de Ludwig Mies van der Rohe, pionero de la arquitectura moderna, y ya no sorprende que una persona tan influyente sea germana. La cotidianidad nos hace olvidar que alguna vez estos objetos cotidianos no lo fueron, sino novedosos; ahora se ve tan común pero hubo vez que no existió, el estilo de Mies fue tan copiado por todo el mundo hasta volverse estándar; una vez que los ves en cada esquina, todos juntos, siguiendo el mismo patrón de construcción, es ahí que hastía y finalmente aburre. Sus edificios son piel y hueso, muestran extrema simpleza y carencia total de ornamentación; como cajas transparentes se elevan, sin curvas ni desvíos, es la monumentalidad simétrica; estructura de acero, recubierta de vidrio y espacio interior continuo. Otra de las tantas mentes brillantes que huyeron de los nazis, consideraron a sus edificaciones como antigermánicas; otra de las tantas mentes brillantes que fueron recibidas con los brazos abiertos por los gringos, gracias a él sus ciudades parecen bosques de rectángulos resplandecientes de tetris; siempre ligado a la enseñanza, llevaba ladrillos y demás materiales al salón de clase, mandaba leer bastante filosofía y casi nadie le entendía porque su inglés era pésimo; aún así fue director tanto de la Bauhaus como del IIT, sin haber tenido educación superior.
“Es imposible ir hacia delante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar”
Mies
Mies
1 EXPRÉSATE:
Gran cita. Y qué bueno eso de que no entendieran su inglés. Tal vez si no hubiera huído el paisaje germano sería diferente. Ergonomía en los asientos y horizontalidad en los edificios. Al menos, eso se deduce de tus explicaciones y de las imágenes que he visto.
Un saludo
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