Pequeños insectos que aspiran a la grandeza, que el tamaño no os sorprenda; no por ellos ser diminutos también lo serán sus conversaciones, y muy al contrario pueden llegar a ser muy notables. Enxienplo de lo que contesció en el descampado, tanto mosca como hormiga dieron encuentro y el tema a debatir rodeó la virtud, la primera en exponer fue la reina de los aires del mundo miniatura: “Insolente serías si siquiera osases compararte a este pechito. Yo visito palacios y altares. Me detengo en la mesa de los ricos y poderosos, me poso en cabeza de reyes si así lo deseo. Si quiero beso bello seno o chupo casto labio. Por entre cabellos de dama me revuelco, de entre baños de miel dispongo, sin trabajo ni cansancio de las mejores cosas disfruto. En cambio, tú, metida en tu hormiguero. ¿Acaso transitas por hombros de monarca? ¿Acaso tocas mejilla de hermosa dama?”; de la tierra vino la réplica: “El banquete de los dioses ¡Delicioso! Para el invitado, no para el holgado. ¡Claro! Recorres palacios, pero siempre te corren. Que te plantas en testa de soberano o de asno no lo niego ni reniego. ¡Descaro el tuyo! Encima te regodeas en la vagancia de tu abundancia. Siempre cuando estoy en plena faena, te veo alimentándote en la mierda como cerda. Espérate a que lleguen las dificultades, ahí entenderás cuál es cierta y cuál es falsa gloria. Y ya me voy, como mendigo pierdo tiempo contigo.”La ociosa se codea a lo grande mientras que la labor de la virtuosa es grande.
1 EXPRÉSATE:
Cuando el ojo deja de ver para el alma, ya no se ve la grandeza de las pequeñas cosas; las únicas importantes. Un gran abrazo.
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