Metida en cocha preciosa garza transitaba bien ligera, con sus largas zancas, su largo cuello y su largo pico; por sus alrededores ricos boquichicos iban sin saber el peligro en que nadaban, descuidados ellos estaban a su alcance, perecerían a causa de su imprudencia; sin embargo, la presuntuosa garza prefirió esperar a mayor apetito, para estar tan esbelta vivía al régimen y sólo comía a ciertas horas; cuando la visitó el hambre, sólo bagres merodeaban las inmediaciones, desdeñando alimento aguardaba otra cosa; cansada de esperar suculento manjar, tuvo que darse por contenta con simples caracoles, tampoco era anoréxica. Por querer obtener lo mejor, nos aventuramos a perderlo todo; hábil el que se acomoda, acomodado el exigente; considerad qué dejaos pasar, sobretodo cuando la bolsa está exhausta. Y si alguien duda que esto le puede pasar a una persona, pensando que sólo sucede entre garzas; entonces escuchad la historia de esta jovencita plástica, bella y pretenciosa que lo quería todo; joven, buen mozo, agradable, ni frío ni celoso, con alcurnia y fortuna, marido completo buscaba; el destino quiso complacerla y le presentó ideales candidatos, pero su soberbia exigencia los dio a todos por mezquinos; al igual que la hermosa ave tuvo que aceptar cualquier galifardo ya que la edad destronó su orgullo, jamás se consigue burlar a ese ladrón insigne, de nombre Tiempo.
Literalmente...
Hace 12 años
1 EXPRÉSATE:
El tiempo no puede ser enlatado...
Un abrazo!!
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