DIALÉCTICA ERÍSTICA

En el universo de la dialéctica, la verdad se deja a un lado.
Un libro que se remonta a la primera mitad del siglo XIX, escrito por uno de los más grandes pesimistas de la historia, coincidentemente también era germano, Arthur Schopenhauer, mediante 38 estratagemas te instruye en las finas artes de la discusión; es como un manual, no ofensivo sino al contrario preventivo, ayuda a defender tu discurso de los inclementes embates del rival y en no caer en su juego sucio, te protege de cualquier fechoría enemiga.
Cuando de discutir se trata siempre, en lo posible, utilizar el modo de pensar del adversario, tratar que vaya admitiendo las premisas inadvertidamente, disparar preguntas por todos lados sin un rumbo fijo aparente para luego argumentar a raíz de las respuestas dadas; jamás pisar el palito y más bien suscitar la cólera del competidor, hostigarlo forzando conclusiones, generando confusión o sinsentido y sino queda otra opción personalizando la conversación, es decir, atacar a su persona; también algo muy común que se suele usar, y hay que estar preparados, es etiquetar la argumentación de uno englobándola en una categoría (marxismo, misticismo, paganismo, etc.), si es posible aborrecida, de esta manera supone que ya conoce lo que se está diciendo y que ya ha sido refutado.
Sí importa si tienes o no razón, pero todos quieren ganar, no importa a qué costo.

1 EXPRÉSATE:

Anónimo

me alegra ver la cita de schopenhauer

un saludo

 
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