ARGUMENTUM AD VERECUMDIAM

Analizar las cualidades del contendor es más que necesario, se debe conocer sus atributos y sobre todo el nivel de sus conocimientos; según la medida de estos se empleará alguna autoridad como razón. Ten presente con quien estás entablando discusión, de repente es alguien que sobrepasa tu miserable sapiencia; en ese caso el uso de la autoridad no va servir en lo absoluto, podría uno arriesgarse mencionando autoridades poco conocidas o caletas. En cambio si entre el vulgus se parla, las autoridades son respeto; se ataranta al oponente con figuras de cierto renombre, se las cita o se las parafrasea, con seguridad para que suenen más convincente, básicamente basas la base de la argumentación bajo los hombros de algún grande. En caso uno gane la simpatía de la audiencia, y solamente si es necesario de lo contrario no es aconsejable, se puede no sólo tergiversar las autoridades sino también inventarlas; se ofrecen citas de nuestra propia invención, las referencias son de personajes secundarios en la historia, autoridades caletas o nada conocidas. Cuanto más remota y más griega o latina sea la autoridad, el respeto será mayor; dos ejemplos de ello para soltar en pleno furor:
EJ01
Heráclito: “La eternidad es un niño que juega a los dados”
EJ02
Heráclito: “Más vale apagar el orgullo que un incendio”
Argumento basado en el respeto = Argumentum ad verecumdiam
Sí importa si tienes o no razón, pero todos quieren ganar, no importa a qué costo.