FEMME FATALE

Lo más sublime de la creación son las costillas, no podemos vivir sin ellas, no tendría sentido estar descostillado; uno no tiene sentido sin la otra, son partes de una sola carne, complementos directos; siempre estamos en busca de ese rabo, guiados de cabeza en mano, esta vehemencia sólo provoca nuestra ruina pero es lo que más queremos. Los dioses nos castigaron por nuestra ambición sapiencial y nos mandaron a Pandora, Epimeteo fue torpe al aceptar seductor regalo; ya Prometeo, aquel astuto ladrón pirómano, le había advertido no recibir ningún obsequio celestial; pero cómo resistirse a esos encantos, con la inteligencia de Atenea y la sensualidad de Afrodita la hacían cautivadoramente irresistible; Zeus no es tonto y le encargó a Hermes dotarla de mente cínica y carácter voluble, nos dieron una bomba de tiempo. Al igual que Eva son el origen de los males humanos, tentándonos a lo prohibido y pernicioso; Adam fue otro cándido al morder su manzana y saborear sus melones, de seguro estaban deliciosos para derrochar un paraíso. Terminamos locos por ellas y realizando locuras por ellas sino recodad a ese nazireo, de basta cabellera y fuerza descomunal; el más pelmazo, la flaca intentó tres veces quitarle su poder después que él jugara con ella; a la cuarta y última Sansón reveló su secreto y Dalila le traicionó con sus enemigos, debe haber sido una fiera en la cama como para perder una cabeza.
Lo mejor de la creación es nuestra perdición.