Con Europa devastada, el suelo sudamericano pareció la mejor opción para orquestar un nuevo campeonato mundial, doce años después; el anfitrión era el principal y único favorito para quedarse con la copa, se jugaba una liguilla final entre cuatro países: España, Suecia, Brasil y Uruguay; el último encuentro era entre cariocas y charrúas, misma final; los uruguayos tenían un empate y una agónica victoria, por otro lado los locales venían de arrasar a sus rivales con sendas goleadas, sólo un empate era necesario para coronarse campeón por vez primera. El consenso antes del encuentro era unánime, los brasileños habían preparado fastuosas celebraciones, la prensa ya tenía sus titulares impresos; incluso el presidente de la FIFA había elaborado su discurso de entrega en portugués, todo estaba previsto excepto el pundonor uruguayo. El referí inglés dio el pitazo inicial, el marcador recién se abrió al comienzo del segundo tiempo e hizo estallar al Maracaná que rebalsaba, en medio de la algarabía el capitán celeste Varela agarró balón en manos y enfrió el partido con reclamos fuera de lugar; cuando la goleada se avizoraba Schiaffino silenció el Maracaná que rebalsaba y a falta de doce minutos Ghiggia lo convirtió en un cementerio, dando la sopresa. De ahí en adelante, Brasil nunca más utilizaría su clásico uniforme blanco y desde entonces se le conocería como la verdeamarelo, para tratar de olvidar ese Maracanazo.
Por más seguro que estés nunca te confíes, jamás.
Por más seguro que estés nunca te confíes, jamás.
6 EXPRÉSATE:
Ten, al menos, un plan B.
Lo siento. No debió ser así, pero me siento contento con lo que ha pasado en este enigmático y extraño mundial.
Conmo se diced habitualmente, los partidos se juegan en la cancha. En todas las canchas de la vida. Homenaje a ese equipo celeste y al actual, que también dio muestras de gallardía con un partido que se les puso feo en dos minutos y en lugar de llorar, falto poco para llegar al alargue. Saludos.
El "Maracanazo" se conoce mucho aca en España, y sirve como muy bien has indicado para recordar que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo ( metafóricamente).
Me ha gustado lo que leido de tu blog, y te felicito por ello.
Un saludo y abrazo desde Pamplona. Jabo
Espero que este domingo sea mi país, España, quien dé la campanada frente a Holanda. Llevamos 80 años esperando este momento. Toca hacer Historia.
No se escarmienta en cabeza ajena. Ese es mi miedo. Saludos.
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