UN PAÍS, DOS SISTEMAS

El principal líder de la China comunista es indiscutiblemente, no ese energúmeno líder histórico sino, Deng Xiaoping; estuvo en todas y desde un inicio: Participó en la Larga Marcha, luchó en la Guerra Sino-Japonesa, fundó entre muchos la República Popular China, criticó el Gran Salto Adelante que sólo significó un retroceso y la muerte de millones por hambre, fue blanco de la Revolución Cultural que retrocedió aún más a la nación, sobrevivió al gobierno de la Banda de los Cuatro que no eran fantásticos y tras la muerte de Mao se convirtió en el supremo líder; instaurando el socialismo con características chinas, diferente a ese sistema dónde se comparte la pobreza; básicamente significa abrir las puertas al flujo del capital dónde lo que se comparte es la riqueza, así se inició la reforma de las Cuatro Modernizaciones. Para lograrlo necesitaba la ayuda de Occidente, en plena guerra fría Deng visitó U.S.A., siendo la primera vez para un líder chino; era un extraordinario político, pragmático y con un sentido del humor agudo: Cuando el presidente Jimmy le mencionó el tema de permitir salir a sus ciudadanos dónde quisieran, este le respondió ¿Cuántos quieren? ¿40, 50 millones?; y cuando le manifestaron que gobernaba sin oposición, les contestó que reabrir las relaciones con los norteamericanos generó bastante oposición en la provincia de Taiwan. Transformó su país sacando la verdad de los hechos y lo alzó al nivel de superpotencia, utilizando una receta de capitalismo con ingredientes chinos.

“No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”
Deng Xiaoping