Escuchad aduladores: Alejaos de mí alimañas reptantes, o de cualquier otra persona; siempre por ahí arrastrándose, serpenteando dónde sea y cuando te encuentra mismo basilisco que con miradas adulatorias mataba. Si andan en grupo, como usualmente lo hacen, es como caer entre buitres, unos devoran cadáveres; los otros, seres vivos. Su compañía significa abandono, tan abandonado como cordero entre lobos; si los dejas pasar a tu hogar, carcomen desde adentro, poco a poco con sus lisonjas; por eso, alejaos de mí bestias domésticas, o de cualquier otra persona. Sino miren como cayó en decadencia Napoleón, un gigante de corta estatura; después de ser desterrado en Elba (a 20km de costas italianas) se escapó, regresó sin nadie y estando frente a los soldados, estos lo vitorearon con ¡Vive L’Empereur! ¡Vive L’Empereur!; esos hombres no eran zalameros, realmente admiraban a su emperador; en cambio, en su segundo y último destierro en Santa Elena (en medio de la nada) estuvo rodeado de lisonjeros, no todos obviamente; justamente uno de estos lo asesinó en un lapso prolongado con pequeñas dosis de arsénico, mientras su esposa se revolcaba con el ex-emperador (fruto de las revolcadas germinó una niña); él era responsable de las bodegas y con acceso al vino preferido de su majestad, porque vivía como excelencia todavía, solamente entre ratas.
Preferible que ser complacido con la adulación es ser molestado con la crítica.
Preferible que ser complacido con la adulación es ser molestado con la crítica.
3 EXPRÉSATE:
completamente de acuerdo con tu última frase... mucha razón!
Opino lo mismo que Javier. Prefiero una crítica a una falsa adulación.
Muy bueno lo que dices de la basura en tu perfil. ¿Por qué será que lo has escrito?
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