COPYRIGHT IS PIGSHIT

En tiempos de la psicodelia germinó Air Pirates, un grupo underground de caricaturistas; lo suyo era la denuncia social de la sociedad estadounidense, de conformista e hipócrita, y como símbolo de dicha sátira estaba Mickey Mouse. El ratón amado por niños y niñas fue totalmente desvirtuado, lo convirtieron en un traficante de drogas desenfrenado, que gustaba de violencia y sexo; como era de esperar apareció la denuncia legal por parte de la compañía Disney, alegando varias infracciones de derechos de autor. Eventualmente el pez gordo se devoró al pequeño pero dejó más interrogantes que respuestas sobre la piratería y el libre acceso a la cultura, como es obvio el dinero es el móvil de dichas disputas y beneficiarse de trabajo ajeno es ilegal; sin embargo, no ideamos nuevas cosas de lo ya hecho, acaso uno no se inspira en los demás, acaso alguien se puede jactar de haber creado algo de la nada o ese privilegio sólo le corresponde al dios judeo-cristiano. En el momento que una idea se vuelve parte de la cultura deja de tener propiedad intelectual para pasar al dominio público, por eso la historia se dedica en reconocer a los primeros, de ahí en adelante los demás somos piratas.
El futuro se edifica sobre el pasado.