NO HAY AQUILES SIN PATROCLO

Efestión, íntimo y leal amigo de Alejandro Magno, de niños jugaron juntos, de jóvenes aprendieron del gran Aristóteles juntos, y de grandes pelearon espalda con espalda juntos; entre ambos sólo amor existía, tantas noches pasaron juntos, charlando y conversando entre mejores amigos. Amantes quizá, pues cuando en Troya honraron a sus héroes, Alejandro hizo lo suyo con la tumba sagrada de Aquiles, y Efestión con la de su querido Patroclo; terminaron siendo cuñados, casados con las hijas de Darío III. Inseparables hasta el final, abatido por la muerte de su otro yo, el rey permaneció tres días sin despegarse del cadáver de tan insigne compañero; a ratos sumido en llanto; y a ratos, en silencio. Fue en la batalla de Isos que el destino de Asia y de sus gentes afeminadas se decidió, era la vez primera que ambos soberanos se daban pelea; en plena lucha Alejandro arremetió contra el carro del monarca persa con una ferocidad increíble, con una celeridad también increíble Darío fugó y dejó a su ejército en desconcierto total, el choque ya estaba decidido; vencidos los medos, quedaron olvidadas en la huída tanto madre como esposa del rey de sátrapas, miedosas ellas pues a merced del enemigo estaban; el vencedor acompañado de su favorito entraron en tienda de las princesas, la reina madre, Sisigambis, sin saber quién era el gran conquistador se postró frente a Efestión, más alto y bello, ante tremendo error entró en pánico; sin embargo, el magnánimo macedonio la calmó diciéndole mientras sonreía: “No, no te has equivocado, pues también él es Alejandro.”
Un amigo es otro tú.

6 EXPRÉSATE:

amor que soy

hermoso el final, de verdad

Capitán Clostridium

Pues sí, gran final. "Un amigo es otro tú". Nunca viene mal, un poco (o mucho) de historia.

Zeta

No he encontrado mi otro yo aun =)

Anónimo

Bello y acertado.
La capacidad de identificación es esencial para la amistad... si no puedo verme en los ropajes del otro no puedo amarlo.

Saludos!

Sebastian Iglesias

“Quiso; Dios, de salvajes hacer un imperio y creó a Manco Cápac. Pecó su raza y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación, ha tenido piedad de América y os ha creado. Sois el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho atrás se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno os imite, será preciso que haya otro mundo por libertar.
Habéis fundado cinco Repúblicas, que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, llevarán vuestra grandeza a donde ninguna ha llegado. Vuestra gloria crecerá con los siglos, como la sombra cuando el sol declina”.


Saludos compatriota!

Raziel Viento Divino

una verdadera muestra de amistad
honor y caballerosidad

 
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