POR ELLA Y NO LA BOTELLA

Así como se ven menuditos y chiquitos, los chinitos realizan proezas monumentales, también su cantidad ayuda. La unión hace la fuerza pero este no es el caso, la construcción de su gran muralla involucró mares de campesinos subyugados, condenados a ser amalgama entre piedras y arena; en un comienzo consistía en tierra oprimida al igual que el campesinado, bastante resistente al tiempo y a las arremetidas enemigas; sin embargo, fueron las mujeres las que mostraron su punto débil. Meng Jiang Nu fue la primera, por amor fue en busca de su marido, coaccionado para edificar; enterrado él bajo ese cementerio amurallado nadie se atrevía a darle penosa noticia, de esta forma se la recorrió todita sin dar con su amado; al final comprendió que nunca más volvería a verlo y estalló en llanto, fueron sus lágrimas y no ningún artefacto explosivo o de asalto las que armaron tremendo boquerón. De igual manera, Chen Yuanyuan expuso la fragilidad de ese muro inexpugnable, esta vez fue la belleza femenina y no ninguna falla estructural o ejército alguno la que demostró su flaqueza; un líder rebelde tomó prisionera a esta joven fémina, cuyo corazón le pertenecía al general Wu Sangui y este, una vez más por amor, abrió las puertas de la gran muralla para dejar pasar a los manchú; enemigos imperiales que después de sofocar la rebelión tomaron el país, sin soltarlo durante casi tres siglos. No importa que tanto queramos protegernos, son ellas nuestra debilidad.