Jazz genera una conexión especial con cada uno, es una fluidez perpetua que evoca ánimos, momentos o humor; esto muy bien lo sabían los nazis, música perniciosa, además tocada por negros, calificado como “arte de lo subhumano”; se prohibió en toda la Europa ocupada y por esto se volvió símbolo de la resistencia, en la misma Alemania unos jóvenes fans llamados “swing kids” desafiaron la Gestapo, reuniéndose en secreto para escuchar discos o sintonizar radios aliadas mientras bailaban. Los de color no sólo eran subhumanos en el Viejo Continente sino en su país también, se les pedía combatir contra la intolerancia en el extranjero mientras la experimentaban en casa; la hipocresía gringa podía más, no integraron las fuerzas armadas y la segregación se mantuvo hasta en el ejército, incluso se radicalizó la discriminación; fue esta nueva asertividad de los músicos lo que les dio confianza, Dizzy Gillespie mencionaba no a los alemanes como el enemigo sino a todos esos blancos americanos que les pateaban el trasero todos los días, física y moralmente. Una solución para aquel problema de integración la dio este white pianist que jazzeaba para la tropa, private Dave Brubeck impresionó tanto que lo consideraron muy valioso como para mandarlo al frente y se le ordenó armar una banda; sirvieron para la milicia del General Patton, siendo la única orquesta racialmente integrada en la armada, a.k.a. The Wolfpack y lo que mejor sabían hacer era jazz.
“A problem is your chance to do your best”
Duke Ellington
Duke Ellington
1 EXPRÉSATE:
Nunca entendí que un color decidiera la dignidad humana.
¡Adoro el Jazz!
Un abrazo!!!
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