Cristo como hijo de Dios era todo amor, ya muy divinizado; en cambio, Mahoma era manso con los humildes y rudo con los opresores, sus pisadas no dejaban huella en tierra blanda pero sí en roca dura; su figura es la de un hombre débil moralmente, propenso al pecado e incluso pecaminoso, se le achaca infidelidad entre sus deslices; Alláh lo perdona y lo hace su enviado entre los árabes, completamente mortal y pagano, sin potestad para hacer milagros y además faltoso; él fue el primero de los musulmanes, sujeto a miserias y debilidades. En un primer momento Mahoma apela a la gente del libro (cristianos y judíos) para confirmar su doctrina, es uno más de los elegidos que le han precedido; a fines de 622 comenzó la era musulmana, la hégira, cuando el mensajero partió de La Meca con toda su tribu para dirigirse a Yatrib, que en adelante sería conocida como Madinat al-nabi (la ciudad del profeta): Ahí, en Medina, recibió el apoyo de la comunidad sionista; profesaba seguir su tradición, pero cuando se percataron lo poco informado que andaba en cuestiones bíblicas cometieron el mismo error otra vez, se burlaron del enviado; el sello de los profetas no pensaba en fundar una nueva religión, pero admitir error ante los suyos lo desacreditaría, sólo le quedó acusar a la gente del libro de haber falseado la revelación; se proclamó restaurador de la primera revelación y continuador de Abrahán, su hijo Ismael era antepasado de los árabes, de esta manera se presentaba al Islam como algo nacional. Líder político y jefe religioso, pecador celestial y perseguidor de hebreos; no fue soldado ni estratega sino organizador, aunque sin la espada su camino no hubiera sido viable.
Literalmente...
Hace 12 años
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