EL PREJUICIOSO ALBERT

Basta mencionar E igual m multiplicada por c al cuadrado para saber a quién nos estamos refiriendo, no comprendemos ni remotamente las connotaciones que trajo esa fórmula para todos nosotros y menos aún en qué consiste; incluso los más destacados de su época no sabían de qué estaba hablando este joven judío. Dentro de la génesis de la teoría de la relatividad aparece una figura femenina no muy agraciada, Mileva Marić, científica serbia muy destacada; fue su primera esposa también, antes de casarse tuvieron una hija la cual nunca se dignó en conocerla antes de regalarla, luego hubo dos varones que fueron de su agrado por no ser del otro sexo. Esta notable fémina se subordinó al rol de ama de casa, pudo llegar más lejos pero su esposo le dijo hasta aquí nomás; una vez deteriorada la relación, esta mente brillante la veía como una empleada a la cual no podía despedir, además le puso por escrito sus deberes: Ordenar su ropa, servirle tres comidas al día, responderle de inmediato cuando le hable, abandonar sin protestar el estudio cuando se lo diga, no denigrarlo a los ojos de los niños, no esperar ninguna muestra de afecto por su parte ni reprocharle por ello y finalmente renunciar a sus relaciones personales con él. Para divorciarse de ella le prometió el importe en metálico del Nobel de Física si lo ganaba, cosa que sucedió años después; recibió su premio y no por su trato a las mujeres justamente.

“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”
Einstein