La gloria alemana comenzó gracias a Herr Hitler cuando patrocinó a dos equipos (Mercedes y Auto Union) para competir en Fórmula 1, se construyeron los carros más veloces de todos los tiempos hasta los 80’s, las flechas plateadas; sin lugar a dudas la personificación de esta glorificación fue Bernd Rosemeyer, el amo de la niebla. Del motociclismo pasó al automovilismo y domó estas bestias indomables, su vehículo fue el Auto Union Type C y su ingeniero, Ferdinand Porsche; Rosemeyer no le temía a nada, el miedo no estaba dentro de su vocabulario y a todo le entraba. Su debut se dio en el orgullo nazi Nurburgring, de piloto reserva pasó a ser el único por inconvenientes de los otros; se le ordenó dar caza a los Mercedes, corrió como nunca antes se había visto y alcanzó al líder, el campeón germano Rudolf Caracciola; nadie lo creía, este joven desconocido con unas cuantas horas de experiencia se enfrentaba sin complejos a uno de los mejores de todos los tiempos, finalmente perdió por 1,8 segundos. Al año siguiente se coronó ganador indiscutible del Grand Prix y se casó con la aviadora más famosa de su época Elly Beinhorn, convirtiéndose en una pareja de celebridades; falleció a los dos años, después de romper el récord de velocidad pese a que se le advirtió no conducir en tales condiciones meteorológicas, jamás le asustó la muerte.
Have no fear.
Have no fear.
7 EXPRÉSATE:
Se lee legandario.
Saludos !
Un relato fantástico,ese momento de la formula uno entre las dos guerras, fue fantástico. Por lo menos por lo que leí.¿Ese auto unión era el que tenía dos motores? Abrazo
Fántastico e interesante!
relatos fantasticos todos! muy buen trabajo!pase a saludar,hace mucho que no lo hacia!
un abrazo
lidia-la escriba
Al más puro estilo del Basurero.
Un saludo.
Chekeen.
http://gonzaloramirezherrera.blogsome.com/2008/09/02/robin-hood-la-rebeldia-contenida/
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