FÁBULA: RANAS PIDIENDO REY

En la República Anfibia Charca de Ranas habitaban estos animalitos, en nadie recaía el poder pues estaba en todos, mayoría mandaba; inquietas ellas se repartían en unas cuantas facciones, para luego hacer alianzas facciosas y así obtener el mayor apoyo, querellando entre sí los acuerdos no llegaban. Por falta de consenso el vacío de poder apareció, el pueblo de ranas extasiado recurrió a sus dioses en busca de ayuda, pidieron suplicantes una cabeza para que las gobierne, por un rey ellas clamaban; en medio de los clamores populares cayó del cielo un inmenso madero, que al aterrizar hizo tan gran estruendo que aterrorizó a todas; fue largo el periodo que nadie se le acercó al zoquete y este nunca se inmutaba, ganada la costumbre el miedo se perdió y ranas por cientos comenzaron a congregarse alrededor del tronco, ya sin respeto lo pisotearon y lo ultrajaron. Otra vez la nación despreció su suerte y expectoraron a este monarca tranquilo y bonachón, enardecidas les reclamaron por otro ya que ese no servía; esta vez las deidades no fueron tan benévolas y una garza les mandaron; iniciado el reinado del terror, el ave de amplio cuello de dos a dos se las comía y andaba bien ligera por toda la laguna atemorizando a sus súbditos. Una vez más las ranas buscaron socorro en sus divinidades, suplicando por sus vidas se quejaban de su destino; la respuesta fue contundente: "Batracios, hijos nuestros, recibieron lo que sus gritos ansiaban; querían ser premiados pero sólo fueron apremiados, ¿Por qué no valoraron lo que tenían? Ahora soporten este mal, que no sea que venga otro mayor."
Examina si tu solicitud no será tu ruina.