LUCHA DOCTRINAL

Había mucho en juego, el destino de las Américas estaba en el tablero; Britain infestó en la mente de los padres de la independencia, no esa doctrina francesa de Liberté, égalité et fraternité; obviamente, sino una suya propia: El indio es tu amigo y el español, tu enemigo. Así se da la independencia, por el indígena; a pesar que los orquestadores eran criollos, hijos de peninsulares en América. Uno de los primeros en mencionarla fue el moreno Don Francisco de Miranda (luego de haber fundado en 1798 la Gran Reunión Americana, logia de dónde surgió la rebelión emancipadora), el indio como estandarte para expulsar a los hispanos, no sólo incluía españoles sino también franceses; era una ideología de doble ataque, sin mencionar su origen anglosajón, ni amigos ni enemigos, con ellos sólo se comercia. El influjo británico crecía exponencialmente en el Nuevo Mundo, hasta que en 1823, al final del proceso independentista, apareció la Doctrina Monroe: América para los americanos; era la contraofensiva gringa, porque no querían quedarse sin parte de la torta, se manifestaba contra el imperialismo europeo y la defensa de los países hispanoamericanos; U.S.A. mostró desde un inicio sus intenciones expansionistas a sus vecinos sureños. Dominados por extranjeros sólo nos dominaremos en tanto descubramos nuestra identidad, ni conquistadores ni nativos, somos una mezcolanza entre ambos más negros y algunas minorías más; ni amigos ni enemigos, son nuestros padres y al margen de sus errores hay que aceptarlos como tal.