El hombre que puso dinamita en los cimientos de la institución más poderosa de su época y estableció las primeras piedras del porvenir tiene por nombre de pila, Martín, orquestador de la Reforma; de los varios aportes que trajo, uno se destaca por su repercusión en lo venidero, la valoración ética de la vida profesional. Antes el trabajo pertenecía al orden de la materia, no difería del comer o beber, era algo natural; con el reformador esto cambió, la profesión pasa a considerarse como misión, una impuesta por Dios al hombre; es decir, la ocupación de cualquier gentil ha sido enviada por la mismísima providencia, sólo hay que aceptarla. Cuando el trabajo adopta un matiz ético, el mayor empeño recibe una recompensa moral, uno es un mejor feligrés si se es más laborioso; por eso no es de sorprender que muchos luteranos, calvinistas o protestantes en general amasaran grandes fortunas en lo sucesivo por su cultura en el esfuerzo. La riqueza es directamente proporcional al grado de trabajo ejercido, aún así no hay regla sin excepción.
“Quien no trabaja no debe comer”
Principio paulino
Principio paulino
6 EXPRÉSATE:
Hola..
Miles de gracias por pasar por casa ahora que puedo vengo a verte y con tu permiso voy a curiosear...
Un saludo de bellos sueños..
Y a partir de ahí la opción era clara: tomar el trabajo en su faceta ética o como un castigo por una culpa edénica.
Cumplir con el trabajo dentro del organismo social o hacer que otros trabajen para uno.
"trabajar para vivir y no vivir para trabajar"
super interesante... hay que saber cómo trabajar para vivir y cómo vivir para trabajar...
Me gusta tu blog tiene sabor bueno gracias por pasar no te pierdas besossssssss
Por eso a los andaluces (del sur de España) nos llaman vagos, porque trabajamos para cubrir necesidades no para atesorar dineros... para nosotros es tan importante el trabajo como el ocio :))))
abrazos, amigo
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