MAESTRO DEL BUEY AZUL

Montado en un macho vacuno castrado de tonalidad azulina iba Feng Junda en la búsqueda de plantas medicinales a tierras extrañas, era un caballero en posesión de recetas mágicas, un practicante de las artes ocultas; en su tierra natal era considerado un fangshi, un alquimista chino, conocedor de porqués desconocidos para la mayoría; lo suyo era la prolongación infinita de la salud, el alargue de la vida, la inmortalidad pero en un sentido puramente materialista; mejoraba la esencia de tu vida sin necesidad de trasladarte a un más allá paradisiaco, te ofrecía el cielo en la tierra. Dicha inmortalidad no se adquiere mediante una píldora sino con un estilo de vida mesurado o como recomendaba el fangshi del buey azul: Hay que hacer ejercicio físico con frecuencia, cuidándose de no hacer demasiado poco; evitar la exageración en el comer, conviene consumir poco condimento y además alejar de sí las grasas y los sabores fuertes; capear tanto las extremas alegrías como las hondas penas, así como olvidarse de desosiegos y frustraciones; borrar de sí cualquier anhelo de fama y caudal y no abusar del sexo; si se persevera así, un buen resultado se espera.
La buena salud es premio a la constancia.