LEÓN X (1513-1521)

Giovanni de Lorenzo di Médici, electo por el cónclave el 9 de marzo de 1513, llevó a la santa sede a la bancarrota total, su política despilfarradora se inauguró desde el día que asumió el nombre de León X pues gastó exuberantes cantidades de dinero en ostentosas extravagancias para celebrar célebre elección; y todo aquello proviene de su crianza dentro de los ideales de la tradición Médici, desde pequeño se le inculcó una educación renacentista llena de opulencia, erudición y mecenazgo; no se podía pedir austeridad a alguien acostumbrado a una vida repleta de hedonismo y placeres tanto sensuales como artísticos. Centro de diversiones significaba para él la corte papal y así lo hizo notar desde un comienzo, jugar cartas al aire libre era una de sus predilecciones, el público que se congregaba alrededor siempre salía ganador pues cuando él vencía lanzaba puñados de monedas para que la multitud se peleara por esas migajas; a veces realizaba algún tipo de broma a los pobres sirviéndoles cubierto de miel la carroña, Barbaliso era un vetusto sacerdote que escribía versos de mal calibre y León X lo nombró poeta laureado (¡Qué irreverente!) además le ofreció un desfile en su honor donde el anciano poeta avanzaba encima de un elefante que había sido obsequiado por el rey de Portugal. Grandes bailes de máscaras para sus cardenales eran preparados para que de los pasteles saliesen jóvenes desnudas, en una ocasión de fiesta Madre Mía, la puta más codiciada de Roma, preparó un espectáculo tan memorable que hasta ahora se habla de ello (¡Qué inolvidable!) estos bacanales tenían como objeto documentar el libertino comportamiento del clero para que después fuesen chantajeados por su santísima excelencia (¡Qué prevenido!) tras escuchar el sermón del cardenal Pietro Bembo dijo que la fábula de Cristo “ha producido ganancias para nosotros y nuestros asociados”; autor de obras pornos (¡Qué creativo!) escribió varios sonetos para que acompañen los dibujos de 16 posiciones sexuales realizadas por Giuliano Romano, discípulo de Rafael. Hijos ilegítimos anduvieron por ahí, consiente de su corto tiempo de vida acelerada, quiso asegurarles un futuro y los convirtió en grandes señores o los casó con las familias más pudientes de la época, y eso que la casa Médici ya era de por sí una de las poderosas. Entre sus grandes amores se encontraban las artes, el licor y los buenos muchachos; el mayor de todos fue su amante Alfonso Petrucci que fue nombrado cardenal de Siena, este joven escaló rápidamente en la jerarquía eclesiástica hasta encontrarse a punto de ser jerarca y finalmente dio ese paso, pasó a emponzoñar a su querido Giovanni pero fracasó y recurrió a la huida antes de ser eliminado por traición; refugiado en algún lugar de la península ibérica el embajador de España le garantizó un salvoconducto si retornaba a Roma, a penas pisó dicha ciudad fue encarcelado y se dio inicio a un proceso sistemático de tormentos que originó la indignación del embajador ya que su palabra de honor había sido manchada, a lo cual el papa alegó: “No es necesario cumplir las promesas hechas a un envenenador”. La tesorería no pudo soportar las continuas festividades y junto al nefasto derroche dieron origen a la bula Taxa camarae creando las famosas indulgencias, esto causó gran indignación en las periferias de la sede pontificia y estuvo representado en la imagen de Martín Lutero; los distintos viajes a Roma realizados por el reformador le facilitaron visualizar que la urbe no era ninguna ciudad santa y pudo observar la conducta del papa la cual calificó como peor que la de los reyes más paganos; presenció uno de los banquetes papales donde doce mujeres desnudas servían los platos más exquisitos, consecuentemente Lutero dijo: “Si hay un infierno, Roma está construida sobre él”. En los escritos luteranos se encuentran infinidad de insultos para sus enemigos, ese hombre no se quedaba con su boca sucia callada, propinó improperios a cardenales, a judíos (les dijo de todo) e incluso al pontífice lo apodó ¡Tirano romano! Y aquí el apóstata fue Lutero y no León X.
Pecar es humano; perdonar, divino.

3 EXPRÉSATE:

Soledad Arrieta

Estoy totalmente en contra de las religiones... Pero Lutero era un grande, qué se le va a hacer..
Me encantó "Si hay un infierno Roma está construida en él".
Cariños!

Only Ones Papers

muy buen blog
te invito al mio
chau

añil

Encantada de estar aquí.
Tienes para un rato de lectura, pero lo que veo me gusta.
Seguro que pasaré muy a menudo.

Saludos

 
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