Esta frase que entró en la historia salió de boca de un agonizante astrónomo escandinavo, entre los mejores de su época; disponía del favor de reyes, los cuales le edificaban centros astronómicos; todos diseñados con una complejidad de patrones geométricos tales como Uraniborg, castillo de Urania, musa astronómica, o Stjerneborg, castillo de estrellas. Tierra permanecía inmóvil, Sol y Luna daban vueltas a su rededor, cualquier otro planeta giraba alrededor de Sol; así concibió Tycho las cosas universales, nueve años después de su deceso, en 1610, la Iglesia Católica abandonó a Ptolomeo y su geocentrismo para abrazar el sistema de Mr. Brahe; durante dos siglos los católicos creyeron aquello, a pesar que Johannes Kepler con su Astronomia nova, en 1609, había descrito los movimientos planetarios de la manera más rigurosa posible. Tycho Brahe sin conocer telescopio observó los cielos y aún así obtuvo precisión en sus datos, celosamente ocultó sus años de observación; sólo tras su envenenamiento por mercurio, su ayudante alemán pudo acceder a ellos mediante el hurto, y sólo así pudieron aparecer las tres leyes de Kepler: Este germano reveló los secretos de los cielos logrando descubrir la excentricidad de la órbita de Marte, desde una plataforma en movimiento, Tierra; concluyó que la rotación planetaria es elíptica con el Sol como foco, también que los planetas aceleran velocidad al estar más cerca al Sol y viceversa al alejarse, y además que el tiempo dando una vuelta por el Sol es directamente proporcional al cubo de la distancia media con este. Al final Johannes no respetó las últimas palabras de Tycho, ni la concepción pitagórica que las órbitas planetarias son círculos perfectos y apostó por los hechos.
No vivió en vano porque su sistema fue dogma for a while. No es fácil ser creído por tantos for so long.
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1 EXPRÉSATE:
para ser creído por muchos very long nada como decir la verdad
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