LA RESPUESTA A UN NIÑO

Muy fisgón el pequeño se pregunta de dónde vienen los bebés, acaso realmente vienen de la habitación de al costado, quiere saber qué es la partera, la curiosidad lo carcome por dentro; al final la madre acepta por explicarle cómo funcionan las cosas: “Ven, Oh hijo amado, hijo de Zeus, el de amplia mirada, siéntate junto a mí; ahora entenderás cómo nace la vida nueva. Los bebés aparecen cuando dos cosas se combinan, una es de papá y otra es de mamá; ella da el cuerpo y él, el alma.”
Existía la creencia que mediante la combinación de dos elementos la nueva vida nacería, obviamente uno masculino y otro femenino; entender cuál era el componente que el varón aporta era fácil, el semen simbolizaba este principio varonil; sin embargo, este no era suficiente, tenía que haber una especie de semen mujeril; los antiguos, muy conspicuos ellos, observaron que durante el embarazo no hay menstruación, al suspenderse esta creyeron que el componente proporcionado por la mujer era la sangre menstrual; entonces mediante estos dos, semen y sangre menstrual, arrancaba todo. De lo femenino provenía el cuerpo; de lo masculino, el alma.