EL PLANETA COMO ORGANISMO

La visión del hombre moderno del entorno que lo rodea es totalmente cuadriculada, la Tierra es como la vaca lechera, obtienes todo lo que puedas con ella y hasta después de muerta le sigues sacando provecho; carece de esencia vital, no es un ser con vida, es una máquina que es explotada e ultrajada, es inerte. Esta visión mecanicista se contrapone a la visión orgánica que el hombre antiguo desarrolló, su mundo estaba vivo, no podías hacer huecos muy profundos porque dañabas a Tierra, lo cual era absolutamente infausto; Tierra era un ente totalmente interrelacionado, cualquier cosa tenía su razón de ser, con algo se relacionaba que lo hacía indispensable. Los grandes montes servían de columnas, estos eran los grandes apoyos de Tierra, (no puedes derribar un cerro para hacer un camino, el cielo se va caer) soportaban al cielo; los minerales eran sus huesos, en el interior de las montañas se encontraban, (no puedes dejarla sin huesos, sería como una ameba) le proporcionaban fortaleza; los ríos eran sus arterias, por entre las montañas corrían, (no puedes secar sus arterias, la matas) distribuyendo vida por el camino; la vegetación era sus pulmones, oxigenaba el habitad (no puedes arrancarle los pulmones, se ahogaría) para respirar; y la tierra era su carne, el alimento se producía del suelo, (no puedes agotar sus campos sino que va comer) proveyendo su sustento diario.
Antes era Tierra, ahora es la Tierra.