DISERTACIONES DE UNA NANNY

Mis tierras están en las altas montañas, mi madre es la Pachamama, mis padres muy lejos se encuentran ahora; de las alturas bajé a la capital, con la esperanza de progresar; aquí encontré a mi familia. Los niños han crecido, pues los años no en vano han pasado; de tierna edad a ambos conocí, sus padres siempre han sido buenos proveedores. A esos pequeños jamás les faltó nada, sus progenitores de todo los abastecían, excepto amor; allí es dónde entro yo: si en la madrugada me tenía que levantar por ellos lo hacía, les cocinaba a cada uno sus comidas preferidas, jugaba con ellos, les leía sus cuentos, los arropaba en las noches, los consolaba si llorando estaban, por el parque ha pasear íbamos, al colegio conmigo iban, siempre estaba ahí para ellos, escuchándolos, mirándolos, amándolos. Si de amor saben aquellos jóvenes es gracias a mí; fui yo quién los educó, fui yo quién los protegió, fui yo quién los crió, fui yo quién los castigó, fui yo quién siempre los amó; sin embargo, a mí no me dicen mamá; no importa porque sé que me aman igual como yo a ellos. Dejé mi familia en las serranías, pero encontré mi familia en la ciudad. Nunca lo entenderé, tienen hijos para que sean criados por otra persona, si lo mejor de tenerlos es pasar tiempo con ellos, jugando, coloreando, corriendo, etc; lamentablemente, ellos le pagan a otra persona para que lo haga. Empleada doméstica, eso es lo que para los padres represento; amada madre, para sus hijos.