¡PISA, PISA; AL FONDO ENTRAN OCHO! (EN LA NOCHE)

La verdadera jungla urbana muestra su verdadero rostro durante la medianoche, cualquier pizca de respeto a las leyes se desvanece en la oscuridad. Existen unos vehículos muy pequeños, dónde el proletariado se moviliza para ser explotado, ellos los llaman “Combis locas” o “Combis asesinas”, según sea el caso. De esta manera le gusta viajar a la gente: apretados, oliendo sobaco ajeno, encorvados, con un mozalbete gritando su ruta y hablando barruntadas a los demás, música estridente; pésimo servicio en general. Cuando los rayos del sol ya no brillan más y la madrugada está a la vuelta de la esquina, este transporte púbico entra en delirio; dejan de correr por las pistas, vuelan; su celeridad se ve exponencialmente incrementada, el corazón de los que viajan se acelera, bombea misma bomba de agua en crack; en esos momentos la vida ya no vale nada, si te subes en uno de esos a esa hora es porque no tienes otra y no quieres seguir viviendo. Imagínate zigzagueando a esa velocidad, es para morirse. La luz verde es roja; y la roja, verde. Si tienes suerte sólo te llevas un susto, de lo contrario apareces en le obituario del día siguiente; “no tienes otra”, siempre tienes otra, tu dignidad.